viernes, 21 de diciembre de 2007

LOS INICIOS DE LINUX:

Linux empezó a partir de una invitación a participar en un proyecto simplemente por diversión y curiosidad. Pero también surgió en respuesta a un típico plan de privatización capitalista. Las grandes empresas (llamémoslas Microsoft e Intel) estaban fabricando un nuevo tipo de chip para los ordenadores personales en que era imposible instalar el sistema operativo Unix, un sistema que se utilizaba de forma libre y generalizada en las universidades públicas. A ninguna persona de estas grandes empresas se le pasó nunca por la cabeza que se pudiera rescribir un sistema de tipo Unix para estos nuevos chips, porque eso supondría miles de horas de programación y sólo las grandes empresas disponen de tanto tiempo para estas cosas. Así que contaban con tener un monomolio y aprovecharlo, imaginando que no tendrían ningún competidor. Pero una persona, Linus Torvalds, tuvo la idea de escribir una pequeña parte del código necesario, y después, lanzarlo en internet diciendo a los demás: aquí tenemos un principio; si todos vosotros creáis otras partes, pronto tendremos el núcleo de un sistema operativo libre para poder seguir haciendo las cosas que queremos hacer. Y la gente respondió. Pero poco a poco fueron escribiendo el sistema núcleo y, desde el principio, utilizaron herramientas de otro proyecto de software libre llamado GNU, que aún no había terminado su núcleo. Y aún más: GNU ya contaba con un contrato legal especial denominado Licencia Pública General (GPL, por sus siglas en inglés), que establecía que todo código libre debía mantenerse en ese estado, como código abierto. Como resultado de todo esto, hoy día contamos con decenas, quizá centenares, de distintas distribuciones -o sabores- del sistema operativo GNU/Linux básico, adaptado para distintos fines. La que yo utilizo, por ejemplo, se llama Ubuntu, una versión que se creo para gente con muy pocos conocimientos informáticos. Cuenta con el apoyo de una fundación muy comprometida cuyo objetivo es difundir lo que denomina "Linux para seres humanos".
En esta historia, hay otro aspecto importante. Los desarrolladores que crean nuevas aplicaciones para Ubuntu o cualquier otra distribución de Linux utilizan una base de datos web llamada Sourceforge, que sirve básicamente para poder hacer un seguimiento de los cambios que se hacen continuamente a determinados proyectos cooperativos. Esto significa que cada uno de los desarrolladores puede introducir los cambios que desee pero, a la vez, puede consultar el estado de los proyectos colectivos. Por tanto, puede ver en qué ámbitos sería más útil su trabajo, y disfrutar del verdadero placer de hacer algo que nunca podría hacer solo: ayudar a ofrecer herramientas prácticas para que las usen cientos de miles, quizá millones, de personas. Cada vez que instalo una nueva herramienta en mi ordenador, lo que veo no es la cara de una mercancía, en forma de una exigencia monetaria que, a la vez, me obligará a hacer un trabajo aún más alienante. Lo que veo es el generoso resultado del esfuerzo de miles de personas, y eso es algo que admiro y me llena de alegría.

Fuente: Brian Holmes, Repensar la política en la era de los movimientos y de las redes.

No hay comentarios: